Historia de una moneda

Hace ya unos cuantos años, allá por el siglo pasado, salí desde Bujanda a dar un paseo por los montes de Izki (todavía no habían sido declarados Parque Natural) y me encontré una pequeña moneda plateada a los pies de la Muela. Era muy fina y estaba bastante desgastada, pero se podía ver el busto de una persona en un lado y algo parecido a un castillo por el otro.

Por aquellos tiempos no había internet, así que me fui al Museo de Bellas Artes de Vitoria-Gasteiz que albergaba una colección de numismática. Allí sin más conocimientos que lo que se podía ver en una vieja y gastada moneda me puse a buscar algo que se le pareciera. Por lo que pude encontrar en las vitrinas del museo, mi moneda se parecía mucho a algunas de Sancho IV y de Juan I. Finalmente y después de fijarme en las monedas más parecidas todo parecía indicar que era una moneda de Sancho IV del siglo XIII. Aquella moneda acabó guardada en un pequeño bote de carrete de fotos de 35 mm envuelta en papel y con una nota en la que ponía "Sancho IV (1264-1295)". De ahí pasó a un cajón, y del cajón a una caja de cartón llena de trastos de un adolescente que acabarón en el desván de casa. Unos cuantos lustros después, en una visita a casa de mis padres recuperé esa caja y los viejos tesoros que había en ella. Yo sabía que la moneda estaba allí dentro de un pequeño bote de plástico, y efectivamente, allí estaba esperándome.

La Muela y Bujanda.

Esta moneda es un dinero novén de vellón, también llamado cornado. Todo tiene su explicación: cornado (o coronado) porque en ella aparece la cabeza del rey coronado, de vellón porque es la aleación de que está hecho y que contiene plata y cobre al 50 % y novén porque nueve de estas monedas hacían un maravedí (aunque sobre este último aspecto hay diversas opiniones). En su anverso aparece la silueta del rey coronado de perfil y la inscripción "SANCII REX" y en el reverso la catedral de Burgos y la inscripción "CASTELLE LEGIONIS". Esta moneda en concreto pertenece a la ceca de Burgos, es decir, fue acuñada en Burgos, y comenzaron a circular a partir de 1286. La característica de los cornados novenes de Burgos es que en su reverso, a la izquierda y derecha de la cruz situada entre las dos torres tienen una B y una estrella respectivamente. Esta marca sirve para diferenciarlos de otros cornados similares hechos en La Coruña, Cuenca, Sevilla, Toledo, León o Murcia. 

Sancho IV de Castilla (Valladolid 1258, Toledo 1295) reinó entre 1284 y 1295 y su padre Alfonso X de Castilla reforzó el eje defensivo Corres-Santa Cruz de Campezo con la concesión a ambas villas del fuero de Logroño en 1256. Corres tuvo una fortaleza medieval de bastante importancia que a lo largo de los siglos perteneció tanto a castellanos como a navarros, quedando definitivamente a partir del siglo XIII en manos de los primeros. La antigua fortaleza, actualmente en ruinas, se halla en la peña del Castillo situada junto al monte Soila, sobre el río Izki. En 1312 se la cita en un documento de Fernando el Emplazado, denominándosela Portiella de Corres para distinguirla de Portiella de Ibda, actual Portilla (Álava).

 Peña del Castillo y Soila.

Tanto el Soila como la Muela son dos de las cimas más emblemáticas y representativas de esta zona, dos moles rocosas vigilando a ambos lados las aguas del río Izki, y definiendo un paso de gran belleza que ha sido transitado por vecinos y visitantes a lo largo de los siglos.

Por fin, ahora tengo algunas respuestas, pero no todas, porque nunca sabré quién perdió esa moneda, ni su historia. Pero si se que yo pasé por el mismo sitio varios siglos después y disfruté del aire bajo las grandes rocas calizas que siguen viendo con tranquilidad cómo pasa la vida y como el río Izki pasa por Buszanda.