miércoles, 21 de marzo de 2012

La biblioteca ecológica de Gaia, abocada al cierre.

La biblioteca pública que atesora el grupo Gaia, una de las más valiosas de España por la amplitud de las temáticas desde las que se aborda el ecologismo -y lo hace a través de nada menos que 8.000 volúmenes-, está a punto de cerrar. Los recortes presupuestarios perpetrados por las instituciones han colocado al veterano local de la calle Zapatería en la cuerda floja. Tanto, que sus responsables dan por hecho que el fino hilo se acabará de romper en abril.

La agrupación percibía al año 24.000 euros de la Diputación, 7.000 del Ayuntamiento y 3.000 de la Caja Vital, pero la afilada tijera empleada por las administraciones ha cortado el cuello a varios colectivos. Entre otros, el de Gaia. Esta formación es la sucesora del Grupo Ecologista Alavés (GEA), el primer colectivo verde que se creó en Vitoria.

Corría entonces el año 1976 y antes de que se consumiera la convulsa década, aquel batallón de activistas, con Fernando Fernández Arrikagoitia, alias 'Cibeles', a la cabeza, ya se había anotado un par de victorias notables: el cierre de la cantera del Gorbea y la peatonalización del primer Casco Viejo del país -el de Vitoria, claro-. También fueron pioneros en reclamar carriles-bici, mientras llevaban a cabo plantaciones de árboles, recuperaban espacios degradados o promovían jornadas de reflexión y debate.

Con todo ese bagaje detrás, Arrikagoitia y el secretario del grupo, Txema Anda, hicieron uso ayer del turno popular para acudir a la comisión de Medio Ambiente y solicitar al equipo de gobierno que no les cierre el grifo. «No se entiende que se elimine un activo ecológico en el año de la Green Capital, un premio al que Gaia también ha contribuido. Es paradójico», valoró Anda, no sin recordar que el local de Zapataría funciona también como lugar de reunión de los vecinos de la zona y sirve de sede a otras asociaciones.

Vergüenza en el año green.

Los responsables de la agrupación, que en los últimos años ha liderado la recuperación de los caños del Casco Medieval, se encontraron con el respaldo cerrado de los grupos de la oposición. La defensa más vehemente se produjo desde las filas del PSE, donde interpretan que el premio de la capitalidad verde «se institucionaliza mientras se va dejando en la cuneta a la gente que ha trabajado para conseguirlo», criticó Juan Carlos Alonso.

Su homólogo en el PNV, Iñaki Prusilla, habló hasta en seis ocasiones de la «vergüenza» que, a su juicio, supone el cierre de la biblioteca. «No se entiende que se la fumiguen en pleno año verde», remató Ane Aristi, de Bildu.

La concejala de Medio Ambiente recordó que la actual capacidad presupuestaria del Ayuntamiento «no es la misma que otros años, por lo que nos es imposible mantener el convenio, como ya les habíamos comunicado». Dicho esto, Idoia Garmendia revalidó la voluntad del gobierno de mantener el proyecto de los caños y de las visitas a los mismos. Disconforme con esta postura, Gaia recogerá firmas y se movilizará para salvar la biblioteca.

Fuente: elcorreo.com
 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dicen hoy en la prensa sobre la Green Capital: "...mucho verde mercantilizado al servicio de don dinero, de un turismo de postal y de una hostelería de postín, al margen de los ciudadanos y de los defensores de la conciencia medioambiental".

Medved dijo...

Estaría bien que para este tipo de detalles y para muchos otros quizás mas interesantes desde el punto de vista medioambiental debiera ser empleado las famosas partidas que se acuerdan con "los socios de la green capital".

Lo que no nos suelen decir es que este dinero es una suerte de soborno para volver a ser subcontratado para ciertos trabajos o en otros casos únicamente se dan en especia.

Seguramente sera el año menos green de Vitoria, manda...