Crónicas palenqueñas:
Aquí seguimos haciendo la misión y visitando comunidades. Hemos andado un poco flojos de salud porque parace que nos afectó un virus a casi todos los del grupo. Gracias al arroz de las comunidades hemos ido poco a poco sanando. Cada recinto y comunidad es un mundo. Hay gente muy organizada y que nos dan ejemplo de compromiso, pero también hay gente muy pobre y sin alfabetizar que les cuesta mucho participar y expresar sus ideas. Hay muchas madres solteras o mujeres separadas con hijos que pelean para salir adelante. Las comunidades eclesiales de base les ayudan a hacerse conscientes de su realidad y de que peleando juntos pueden más. Los pilares de las comunidades son la Palabra de Dios, la reunión, la organización y el trabajo comunitario. Aquí hay mucho trabajo por hacer. Este año salen varias personas que eran agentes de pastoral y todavía no hay relevo. Tambien se oyen rumores sobre el futuro de las misiones vascas. Estoy aprendiendo a mirar con otros ojos y asombrarme de todo lo que nos dan. Su hospitalidad es enorme. Se nos están pasando los días muy rápido. Ahora nos damos cuenta de que nos falta poco para volver a nuestra vida normal. Seguro que leyendo el diario que vamos elaborando cada día surgirán nuevos pensamientos que nos ayudarán a ver con más claridad. Hemos complicado la vida.
El Evangelio y el mensaje de Jesús es para los pobres y es aquí donde puede ser algo muy liberador.
Ahora aquí son las 23:25 de la noche y voy a acostarme enseguida. Espero poder contaros alguna cosilla más en los proximos dias. Parecemos japoneses con nuestras camaras digitales robando imágenes que nos llevaremos, robando rostros que quedarán de esa forma inmortalizados.
Bueno compañeritos /as que vaya bien por allí. Un abrazo y a seguir soñando. ¡ Otro mundo es posible !
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